Tristeza...
Era una tarde lluviosa y ahí estaba otra vez, pensando en él, habían pasado ya muchos años desde que decidio enterrar su amor, sin embargo ahí estaba otra vez esa sensación que le provocaba un frío intenso...sentada frente al ordenador, las manos y la mirada fija sobre el teclado como si solo con ver las letras pudiera desahogar el cumulo de sentimientos que se agitaban en su interior, deseaba gritarle al mundo que no sabía que hacer, quería llorar y reir al mismo tiempo, hablar solo hablar, pero ¿Acaso sería capaz de decir algo coherente? Porque si de algo estaba segura es que sus ideas no tenía coherencia alguna.
Hasta sus oidos llegaron las notas de la última canción que él le dedico, sus ojos se llenaron poco a poco de lagrimas, estaba desesperada, se había prometido olvidarlo a como diera lugar, nunca podrían amarse ambos lo sabían, no tenían un futuro juntos, él siempre él, tan autentico, tan libre, podía escuchar a lo lejos el coro de aquella canción, cerro los ojos y pudo de nuevo sentir en sus labios el sabor de aquellos besos, su aroma, su presencia, abrio los ojos para darse cuenta de que él no estaba ahí, nunca estaría ahí, las lagrimas inundaron sus ojos y se abrieron paso rodando libremente por sus mejillas, entonces estallo en un llanto desesperado y casi convulso, no pudo más y arrodillada sobre la alfombra por fin dio rienda suelta a sus sentimientos, por fin después de tanto tiempo se permitia llorar por él y por ella y por aquel suceso en sus vidas que los separo para siempre, lloro por no tener el valor de luchar por ese amor, lloro por no haber sabido enfrentar a la adversidad, pero sobre todo lloro por amarlo tanto y no tenerlo.
Lloro hasta quedarse sin lagrimas, entonces se levanto trato de mejorar un poco su aspecto, se miro al espejo y este le devolvio la imagen de una mujer de semblante serio y mirada fría, aunque aun podía verse la inmensa tristeza de su alma, respiro ondo, tomo su bolso y las riendas de su vida, tenía que seguir ella lo sabía no era la primera vez que tenía que convencerse de que era mejor seguir adelante sin él.
Hasta sus oidos llegaron las notas de la última canción que él le dedico, sus ojos se llenaron poco a poco de lagrimas, estaba desesperada, se había prometido olvidarlo a como diera lugar, nunca podrían amarse ambos lo sabían, no tenían un futuro juntos, él siempre él, tan autentico, tan libre, podía escuchar a lo lejos el coro de aquella canción, cerro los ojos y pudo de nuevo sentir en sus labios el sabor de aquellos besos, su aroma, su presencia, abrio los ojos para darse cuenta de que él no estaba ahí, nunca estaría ahí, las lagrimas inundaron sus ojos y se abrieron paso rodando libremente por sus mejillas, entonces estallo en un llanto desesperado y casi convulso, no pudo más y arrodillada sobre la alfombra por fin dio rienda suelta a sus sentimientos, por fin después de tanto tiempo se permitia llorar por él y por ella y por aquel suceso en sus vidas que los separo para siempre, lloro por no tener el valor de luchar por ese amor, lloro por no haber sabido enfrentar a la adversidad, pero sobre todo lloro por amarlo tanto y no tenerlo.
Lloro hasta quedarse sin lagrimas, entonces se levanto trato de mejorar un poco su aspecto, se miro al espejo y este le devolvio la imagen de una mujer de semblante serio y mirada fría, aunque aun podía verse la inmensa tristeza de su alma, respiro ondo, tomo su bolso y las riendas de su vida, tenía que seguir ella lo sabía no era la primera vez que tenía que convencerse de que era mejor seguir adelante sin él.
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